Tres claves para el fin de la guerra: elecciones en EEUU, volumen de negocio y reconstrucción de Ucrania

EEUU Guerra Ucrania
Biden, Zelenski y Putin
María Ruiz
  • María Ruiz
  • Portadista. Especialista en 'breaking news' y noticias de nacional, sociedad e internacional.

El final de la guerra en Ucrania es una idea que está sobrevolando desde hace algunas semanas en varios cenáculos nacionales e internacionales. Ese final lo sitúan diversos analistas en el verano o al final del mismo, siempre teniendo en cuenta que los dos peones básicos del tablero, Volodímir Zelenski y Vladímir Putin, tengan la mejor de las disposiciones en la negociación del armisticio. Una negociación en la que Estados Unidos tiene mucho interés para que el conflicto acabe, como mucho, después del verano, por tres motivos.

El primero, porque el volumen de negocio alcanzado por la administración y las empresas norteamericanas es ya considerable. Tengamos en cuenta que la guerra en Ucrania ha reportado grandes ganancias para la industria bélica, especialmente en Estados Unidos. De hecho, un informe del pasado mes de enero del Departamento de Estado informó de que las ventas de armas a otros países experimentaron el año pasado un aumento interanual del 49%, especialmente impulsadas por la invasión rusa de Ucrania. Según las cifras oficiales difundidas en enero de este año por Washington, la ayuda militar que EEUU ha destinado a Ucrania suma 27.500 millones de dólares desde el comienzo de la invasión.

Sin embargo, el gasto militar ha sido también enorme. Un investigador del Quincy Institute for Responsible Statecraft, William Hartung, explicó al diario argentino La Nación que EEUU gastará en 2023 un total de 894.000 millones de dólares, una cifra estratosférica. De hecho, es uno de los gastos anuales más altos desde la Segunda Guerra Mundial, más alto que los picos de las guerras de Corea o Vietnam o el apogeo de la guerra fría. Esos casi 900.000 millones «representan más del 4% del PBI», apunta Hartung.

Elecciones presidenciales en 2024

El segundo motivo es que las elecciones presidenciales serán el próximo año en EEUU y tanto la Casa Blanca de Biden como el Partido Demócrata no quieren que la guerra y los problemas que derivan de ella sean un motivo por el que los republicanos ganen batallas electorales. Así que altos responsables norteamericanos ya estarían haciendo llegar mensajes a la OTAN y a sus aliados para forzar la negociación de la paz. La Administración Biden considera que el año y medio largo de guerra, además, ha provocado un efecto no deseado. Los analistas consultados destacan que el desencuentro con China es cada vez mayor, sobre todo por Taiwan. Además, el país asiático no deja de ganar terreno respecto a EEUU en los indicadores económicos. Su enorme superávit comercial de los últimos años ha convertido a China en el mayor exportador del mundo y es el segundo mayor importador. Pese a sus estrictas políticas, el país está bastante abierto al comercio exterior, que representó el 37% del PIB en 2022, según los datos de Santandertrade. Sin embargo, la balanza comercial de Estados Unidos es estructuralmente negativa y el déficit ha ido aumentando en los últimos años. No obstante, en el segundo trimestre de 2022, ya en plena guerra en Ucrania, las exportaciones de bienes aumentaron en 7.200 millones de dólares, llegando a 547.000 millones de dólares.

La guerra y sus alineamientos ha provocado un peligroso alejamiento entre EEUU y China que la Administración Biden quiere allanar en la medida de lo posible para no tener problemas más allá de los que le generen la precampaña y la campaña electoral.

La reconstrucción de Ucrania

El tercer motivo por el que a EEUU le urge el punto final de la guerra en Ucrania es el de su reconstrucción. O lo que es lo mismo, quedarse con la mayor parte de ese pastel, puesto que es el que más dinero y medios militares ha destinado a ayudar al país de Volodímir Zelenski. Diversos analistas cifran en más de 700.000 millones de euros el coste de la reconstrucción de Ucrania. EEUU es el país que más ha aportado con diferencia entre ayuda financiera, humanitaria y militar, más del doble que la UE, que ha aportado 350.000. España, por ejemplo, ha entregado ayudas por valor de 388 millones de euros, según los datos de Statista. Entre las empresas norteamericanas que más han aportado se encuentran las armamentísticas Northrop Grumman, Raytheon Technologies, Pratt & Whitney y Lockheed Martin.

Por ello, a ese pastel de la reconstrucción es fácil que accedan, sobre todo, empresas y administración norteamericanas, para recuperar las inversiones que hagan para volver a levantar lo que quede de Ucrania tras el reparto fruto de la negociación con Rusia y los mediadores. Entonces, Kiev deberá endeudarse para recuperar su realidad de antes de la guerra.

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